Las piscinas y lugares de baño en verano son un buen escenario para contar con un desfibrilador dado el riesgo patente que existe de encontrarnos con casos de paros cardíacos ante los que es preciso reaccionar rápido y de forma efectiva.
Los profesionales de SOS Global Rescue se forman en todo tipo de actuaciones de rescate en el agua y ello incluye el uso de estos terminales que, está demostrado, suponen una ayuda fundamental para evitar paradas cardio respiratorias y al menos, dar opción a la llegada de los servicios sanitarios de urgencias salvaguardando mientras la vida del enfermo.
A lo largo de cada año, miles de personas fallecen a causa de accidentes cardio vasculares. Los ataques al corazón, las paradas cardíacas…son una importante causa de muerte entre personas de todas las edades y situaciones.
Los espacios públicos tienden cada vez más a convertirse en espacios cardioprotegidos, es decir, dotados de unos aparatos llamados desfibriladores capaces de efectuar unas descargas sobre las personas afectadas de modo que logren que no se detenga o se reactive el curso de los latidos del corazón.
La tecnología avanza y estos aparatos están ya muy avanzados y desarrollados, de modo que su uso suele ir tutorizado desde el propio terminal en forma de indicaciones en pantalla por imágenes, texto e incluso voz.
El desfibrilador contiene unos electrodos que se colocan en el tórax del afectado cuando sospechemos que está sufriendo un infarto o similar y al conectar el aparato, este detecta el ritmo cardíaco determinando y determina si precisa o no que se le apliquen unas descargas que se transmiten accionando el mecanismo indicado.
EL diseño de estos terminales no deja que se aplique a quien no lo necesita realmente ni tampoco con una intensidad superior a la justa y precisa, evitando así provocar un daño cuando lo que precisamente buscábamos era salvar la vida.
Sea como sea, para usar un desfibrilador debemos tener presente los siguientes aspectos:
Desde SOS Global Rescue nos encargamos de formar debidamente a socorristas y personal de vigilancia de los espacios acuáticos de recreo, públicos y privados para que, entre otras cuestiones, puedan hacer uso de un desfibrilador en caso necesario.