Puntos de aproximación, qué son y para qué se utilizan
Los puntos de aproximación permiten acercar o aproximar los bordes de una herida para que esta cicatrice correctamente sin necesidad de anestesia y sin ningún método invasivo. Pero no en todas las heridas se pueden utilizar los puntos de aproximación, sólo para heridas lineales, poco profundas y que no estén infectadas.
Los puntos de aproximación también se utilizan tras cirugías con puntos internos (intradérmicos) o junto a los puntos de sutura para mejorar la cicatrización de la parte más externa de la herida.
¿Qué son exactamente estos puntos de aproximación y cómo se utilizan?
Los puntos de aproximación podemos adquirirlos en farmacias. Son pequeñas tiras adhesivas estériles con una parte que se adhiere a la piel (papel poroso adhesivo) y que en su composición contienen fibras que mantienen la posición de la zona que estamos acercando. Se colocan de forma perpendicular a la línea de herida y entre ellos en paralelo con una cierta distancia. Esto permite que en el proceso de cicatrización las dos líneas de la herida permanezcan unidas.
Todo socorrista con una buena formación debe saber que no siempre es recomendable utilizar los puntos de aproximación, por ejemplo, no debemos utilizarlas cuando las heridas sean de forma irregular, tengan tensión, haya hemorragias o la herida presente secreciones, que pueden ser indicativas de infección. Tampoco se recomiendan en zonas con mucho vello o con pliegues (codos, rodillas, etc.). Por ello, aunque la utilización de puntos de aproximación no requiere expresamente la intervención de un sanitario, ya que se pueden adquirir en una farmacia para aplicarlos nosotros mismos, es importante saber en qué tipo de heridas se pueden utilizar. Como siempre ante la duda, debemos acudir a un centro médico para que valoren la herida.
En general antes de aplicar cualquier tipo de apósito, tirita o puntos de aproximación sobre una herida es importante realizar los siguientes pasos:
- Lavarnos bien las manos o utilizar unos guantes limpios.
- Limpiar bien la herida, con agua y jabón, o con suero fisiológico.
- A continuación secaremos la herida con una gasa estéril (nada de algodón o u otros elementos que puedan dejar fibras en las heridas) y procederemos a desinfectarla. Secar bien la herida es fundamental para evitar que se infecte.
- La desinfección de una herida debemos realizarla con un antiséptico que siempre debe estar presente en el botiquín de un socorrista (clorhexidina al 2% o povidona yodada). Nada de utilizar alcohol o agua oxigenada.
- Si vamos a aplicar los puntos de aproximación podemos utilizar pinzas estériles para separarlos de su envase e ir colocándolos de forma perpendicular a la herida y aproximando las dos zonas.
Al contrario que cuando aplicamos una tirita sobre una herida, que debemos renovarla cada vez que se desinfecte la herida, los puntos de aproximación no se deben retirar hasta que no han pasado unos días para que puedan realizar su función. En ocasiones el sanitario tras valorar la herida puede renovarlos para que termine la cicatrización de forma correcta.
A la hora de retirarlos podemos humedecer la zona con suero fisiológico y facilitar así que se despeguen de la piel.